Un gol, un despido

Comparto una noticia dada a conocer por Diario Judicial, por la que se da cuenta de la resolución judicial que manda a indemnizar a un empleado de Esso, quien tras festejar un gol de boca es insultado por su supervisor y luego, procedió a responder a dicha agresión a través de graffittis sobre Boca en el vestuario de las instalaciones de la estación de servicio en la que trabajaba.

Con un buen criterio de ecuanimidad, la Sala V de la Cámara de Apelaciones del Trabajo, entiende que el ex empleado demandante no fue quien dio comienzo a las agresiones y que por tal motivo, hubiese sido justo que haya sanciones hacia los dos empelados, por parte de la empresa.

Lo más llamativo del caso para mi, es hasta que punto la intolerancia por los sentimientos y elecciones de las personas puede ser el detonante que ocasione conflictos legales. Si no es posible que un superior respete el equipo deportivo que a un empleado le gusta, ¿hubiese acatado o entendido como digno de respeto algún derecho más?.

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